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El qigong no es sexy (pero mola de todos modos)

Sexy, sexy, sexy...

El qigong es una excelente disciplina para toda la vida, sin importar tu estado físico. Desde muy exigente a extremadamente suave, el qigong tiene algo que ofrecer a todos. Sin embargo, en los tiempos que corren hay más actividades que nunca: tenis, fútbol, karate, taekwondo, aerobic, pilates, yoga... lo que quieras. Algunas de estas disciplinas tienen muy buena pinta. Son “sexys”. Te pones un uniforme especial y practicas todo tipo de posturas y movimientos con estilo.

El qigong, por contra, va sobre estar en calma y encontrar la harmonía. Se practican movimientos lentos y deliberados. Y funciona muy bien para restaurar la paz mental y para ayudar en un gran número de desórdenes. Pero no es sexy, eso hay que admitirlo. Ser peligroso, rápido, fuerte, potente,... todas esas cualidades extremadamente yang, son sexys, y así es como nos gusta que sea el teléfono, el coche, la tele, la ropa,... pero no es la forma en la que quieres vivir tu vida. No por mucho tiempo, al menos. El qigong va sobre cultivar el equilibrio, y para el estilo de vida de hoy, eso significa cultivar los aspectos yin, de cuidado y regeneración.

Entonces, ¿cómo podría yo describir el qigong de forma que llame tu atención cuando hay tanto donde elegir? Eso es difícil de hacer cuando no tienes experiencia previa en el arte, o peor aún, cuando has tenido una mala experiencia (hace poco conocí a una chica que decía lo decepcionada que estaba de su primera experiencia en qigong en la que “solo movía los brazos en el aire mientras sostenía una bola imaginaria”).

Para mi, lo que es extremadamente satisfactorio del qigong es que me permite retomar el control de aspectos en mi vida que, de otra forma, serían completamente caóticos. Me da la confianza de que puedo resolver muchos problemas por mi mismo. Cuando tienes la experiencia de que, a través de sencillos ejercicios, puedes regular una digestión pesada o mantener la calma en mitad de una acalorada discusión, tu vida cambia. Y lo bueno de todo esto es que no soy ningún maestro. No he tenido que practicar 10 años para llegar a este punto. Eso quiere decir que si funciona para mi, estoy seguro de que funcionará para ti también. Solo estoy un par de pasos por delante del neófito, y estoy contento de poder comunicar lo que he aprendido.

Por eso digo que aunque el qigong no es sexy, mola de todos modos.